En
diferentes momentos a lo largo de nuestra vida nos veremos frente a situaciones
que representaran un desafío para nuestra dignidad de ser. En esos momentos es
indispensables que estemos en capacidad de reconocer quienes somos, como se
manifieste ese ser que somos, que queremos y cual es nuestra misión y
contribución a este mundo.
La
falta de claridad en algunos o todos estos puntos es lo que con mucha
frecuencia crea gran confusión en las personas y termina debilitando aún más su
ya desnutrida dignidad. Desde mi punto de vista y experiencia a continuación mencionare
algunas de las distorsiones más comunes:
- Confundir lo que soy con lo que hago es una de las distorsiones típicas de quienes utilizan su profesión, puesto de trabajo o connotación social como carta de presentación para su dignidad.
- Creer que solo existe un camino para llegar al objetivo o meta que tienes, muchas personas solo conciben su vida si son parte de algo "grande" confunden su propio grandeza con la de una institución o grupo social. Amparados en la grandeza de otros se aferran a lo que les parece la única manera posible para ellos de hacer realidad sus ya reducidos sueños.
- Cultivar una mentalidad de escasez desde la cual los recursos nunca serán suficientes para todos, por lo tanto el temor a perder lo conquistado o a no alcanzar nuevas cuotas de dinero, poder, logros se ve amenazada por el simple hecho de que otros avancen.
- Valorar a otros desde una visión limitada, confundir la humildad y la sencillez con la falta de talento o de recursos, confundir la confianza y la esperanza con la ignorancia. La dificuldad para encontrar nuestro valor autentico y puro de constituye en una limitación para ver y apreciar el de otros.
Recuperar
la dignidad del Ser implica reconocer en nosotros mismos todo lo que estamos
colocando fuera de nosotros. Volver a conectarnos con nuestro poder autentico
que viene de la fuente de luz que brilla en nuestros interior. Implica cambiar
nuestros pensamientos, sentimientos y acciones con respecto a nosotros mismos.
Vernos, sentirnos y tocarnos con reverencia y bondad en todo momento y en todo
tiempo.
Regalarnos
el privilegio de cometer errores y aciertos, celebrar nuestros pequeños
avances, ver con esperanza tanto los días de sol o de lluvia. Recibir con
agradecimientos hasta la más pequeña de las bendiciones, saber que el camino de
la grandeza es una posibilidad que puedo alcanzar si cultivo la dignidad de mi
ser cada día, conciente de que mi grandeza se manifestará de manera diferente y
única.
La
dignidad del ser es la más simple y alta manifestación de quién "Soy aquí
y ahora en orden perfecto"
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