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miércoles, 13 de julio de 2011

Arriesgarse a creer


Cuando tenemos frente a nosotros una persona que nos muestra una visión distinta a la que nosotros hemos asumido en ese momento. Nos podemos colocar a la defensiva porque creemos que su manifestación es un desafío a esa visión que nosotros hemos acogido como nuestra.
Pensar que para que nuestra luz brille necesitamos que todos vean la misma luz y jugar a la ilusión de que es la luz de los otros la que opaca la nuestra nos debilita y por ende impide que nuestra luz real efectivamente se pueda liberar.
Arriesgarnos a creer en nosotros mismos es una aventura que vale la pena vivir. Es probable que cometamos muchos “errores” mientras aprendemos. Es probable que a muchos no les gusto nuestro color, olor o forma de actuar. Es probable que mucha cosas sean diferentes a como creíamos que seria.
A pesar de todo esas cosas y en especial por todos esas cosas vale la pena arriesgarnos a creer en nosotros mismos. En la aventura de la vida tendremos tramos de compañía y tramos de soledad, cada uno de estos tramos tendrá sus retos y nos permitirá avanzar con herramientas distintas.
Solo cuando nos arriesgamos a creer en nosotros mismos podemos abrir la posibilidad de creer en otros. Solo podemos ver en los demás lo que nos damos la oportunidad de ver en nosotros. Si a tu alrededor todos son inapropiados, todo es feo y gris, detente y mira dentro de ti, es probable que necesites un poco de luz para ver la dignidad, la belleza, los colores.
Mis ojos solo verán aquello que le permita mi corazón.

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