Cuando
encuentras las respuestas a las preguntas del alma, la paz se instala en el
cuerpo. Cada ser humano tiene respuestas diferentes, muchas veces porque la
pregunta es distinta otras veces porque existe mas de una respuesta para una
misma pregunta.
Tratar
de ajustar las respuestas a las preguntas que sale de nuestra alma nos deja
agotados e insatisfechos. Mas allá de toda la lógica que intentemos emplear
cuando la respuesta no aplica para nuestra pregunta, el resultado se siente en
todo el cuerpo y la existencia.
A
veces nos cuesta tanto admitir nuestra respuesta. Nos sentimos extraños porque
no se parece a las respuestas de las personas que conocemos, entonces nosotros
nos comparamos con los demás y ellos se comparan con nosotros.
Nada
más improductivo y dañino que compararnos. Aunque pareciera que nuestras vidas
se parecen a las de los demás, no es así. A pesar de sentir que estamos
viviendo las mismas situaciones, no es así. Cada persona vive de manera
diferente y única las situaciones y las convierte en experiencias.
Es
parte esencial del aprendizaje y crecimiento de cada uno de nosotros, ocuparnos
de encontrar nuestras propias respuestas. Las respuestas prestadas nos
funcionan, por un tiempo, parece que hemos respondido la pregunta y nos quedamos
resignados. Tarde o Temprano las preguntas volverán y será preciso buscar las
respuestas verdaderas, Cuando tenemos la claridad para ver, la receptividad para escuhar y aceptamos estamos listos para recibir nuestra propia respuesta. Cuando esto ocurre no precisamos nada más.
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