Cuando
pretendemos centrarnos desde fuera, es probable que lleguemos a pensar que es
una tare muy difícil, por no decir que imposible. Pretender centrarte
incluyendo todas las expectativas, todas las propuestas, sentimientos e ideas
que están fuera de ti, es un proyecto descabellado y hasta cierto punto
suicida.
Estar
centrados y ser complacientes es una combinación que hasta este momento yo no
he visto funcionar en la vida real. Quién esta centrado despeja las
preocupaciones y las dudas por complacer a otros, sabe desde si mismo donde
esta su centro y a quién realmente le debe su respeto y lealtad.
Quién
se embarca en la complacencia poco a poco va perdiendo su propia identidad y su
fuerza.
La
complacencia te deja sin centro, sin fuerza y poco a poco va debilitando la
esperanza y la capacidad de ser y hacer. Tomar decisiones desde la complacencia
casi siempre termina dejando un mal sabor, pues tarde o temprano te das cuenta
que no es posible complacer a otros y que por demás no fue posible hacer lo que
querías.
Encontrar
nuestro lugar dentro de nosotros mismos es la tarea número uno, para luego
encontrar nuestro lugar fuera de nosotros. Si aprendemos a ocupar nuestro lugar
como corresponde, seria más sencillo resolver las dudas y los conflictos que se
generan a nuestro alrededor. Mantenernos centrados quizás parezca poco rentable
en el corto plazo, pero sin lugar a dudas nos ayudara a forjar un camino más
digno y placentero en el largo plazo.
Hoy
día con mucha frecuencia cambiamos la calidad por la cantidad y terminamos con
muchas dudas y temores y muy poco dignidad y respeto hacia nosotros
mismos.
Siempre
es un buen momento para encontrar tu lugar y desde ahí actuar con serenidad,
respecto dignidad por ti mismo y por la humanidad.
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