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sábado, 26 de febrero de 2011

Escrito Ocho…Cualquier Momento es el momento.


La vida y la muerte baila al ritmo de la vida. Ambas se mueven en perfecta sincronía generando su propia música. Los dos actos que determinan la existencia de una persona en este mundo son precisamente el día de nacimiento y el día de su muerte.
Vivir se trata de crear una historia entre dos puntos el día que nací y el día que morí. Visto así, vivir es tan simple que no requiere de mucho, es tan solo viajar entre dos fechas, la de llegada y la de partida.
Muchas veces hemos escuchado la metáfora de asociar la vida a un viaje, cuando en realidad los viajes salen de la experiencia de vivir. La vida no es como un viaje, los viajes son como la vida. Por mas afán que tengamos por llegar de un lugar a otro, la magia esta en el trayecto. Cómo logre llegar?
Con mucha frecuencia vamos dormidos o distraídos y llegamos sin darnos cuenta. Otras veces estamos tan ansiosos que perdemos el disfrute del trayecto,  pensamos que lo importante es llegar al otro lugar, entonces rechazamos o desperdiciamos la experiencia de ir.
Mirando el camino que separa el fin del inicio, me doy cuenta que no es preciso un momento especial. Cualquier momento es el momento para estar, para irte, para transitar.
Cualquier momento es bueno para vivir intensa y alegremente la vida que deseas, para realizar los sueños, para expandir las alas  y volar.
Cualquier momento es bueno para morir tranquila y relajadamente, sabiendo que cuanto mas viva estoy, que cuanto mas he vivido  mas lista estoy para morir en paz. Puede ser tan simple y suave como ver caer las hojas de los árboles o los pétalos de una rosa. 
Cualquier momento es bueno para emprender nuevos rumbos, para cambiar de dirección, para encontrar nuevas respuestas para convertirme en el maestro de mi propio destino.
Hoy por fin dejo atrás la búsqueda de momentos especiales y simplemente me dedico a vivir como si fuera el ultimo cualquier momento que este disponible para mi. Aquí y ahora.

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