Afortunadamente el paso del tiempo nos permite vivir múltiples experiencias. Muchas recordadas por la alegría y satisfacción, otros forman parte de nuestros errores, desaciertos y en muchos casos persisten en el tiempo como frustraciones, temores, fobias, etc..
En el fondo realmente no importa la categoría que utilicemos para clasificar nuestras experiencias, lo que en verdad las hace valiosas es lo que nos permiten aprender. El aprendizaje es el regalo escondido que trae cada experiencia y con el paso del tiempo pasa a formar parte de nuestro patrimonio.
Hoy una de esas experiencias me hace darme cuenta, de algo que en apariencia es obvio, pero que muchas veces no he tomado en cuenta en muchos aspectos de mi vida...
Hoy descubrir que es mas fácil, sano y sabio entrar por las
puertas que están abiertas para mi y desde ahí continuar abriendo otras puertas.
En lugar de frustrarme u obsesionarme por las que no están disponibles en este
momento.
Algo que parece evidente, lo aprendí hoy en el camino de mi vida... gracias a mis maestros que siguen abriendo puertas y gracias a Dios que me da la luz y la sabiduría para reconocerlas y entrar por ellas.
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