La Sociedad ha idealizado unos cuantos destinos de vidas y muchas veces sin darnos cuenta, todos de una u otra manera tratamos de ajustar nuestro propio destino a uno de estos maravillosos diseños.
Esta es muchas veces una de nuestras principales causas de frustración y sufrimiento. Intentar superarnos para ser aquello que no somos. Invertir nuestra energía en este tipo de empresa puede llevarnos a desperdiciar nuestros recursos físicos y debilitar nuestro espíritu.
En el camino he aprendido que hay tantos destinos como personas y que ningún destino es mejor que otro, simplemente son diferentes. Que nada nos dignifica y hace mas feliz que seguir nuestro propio destino. Ese que le da sentido a nuestra vida, que nos permite utilizar al máximo nuestro talento y que de manera fluida y alegre se convierte en nuestra principal responsabilidad, nuestro principal aporte en esta vida.
Agradezco cada día este mi destino y lo transito llena de alegría, dignidad y respeto. Porque ahora sé que seguirlo es mi luz y mi tesoro.
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