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domingo, 28 de enero de 2007

Touch...




Cierro los ojos y puedo sentir la brisa acariciendo mi cara, vuelvo una y otra vez a esos lugares que con su magia y encanto quedaron para siempre impregnados en lo más profundo de mi ser.

El alma se alimenta de los sucesos que nos tocan a lo largo de la vida, un abrazo, un silencio, una palabra, una sonrisa, mis carcajadas, el sonido del agua en el rio, las lagrimas que corren por tus mejillas, la historia que no te atrevias a contar, los secretos de familia, las mentiras piadosas, la ilusión de un nuevo comienzo, el temor por lo desconocido, una muerte, un nacimiento, una canción.

Mis historías las que nunca cuento, se mantienen guardas en lo más profundo de mis recuerdos. En su momento tocaron mi vida y dejaron sus huellas encondidas dentro de mi piel, basta un toque para despertar las sensaciones dormidas. Con cada toque regresa una recuerdo, cada recuerdo nos revive una historia, llena de personajes, emociones e imagenes.

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