Páginas

jueves, 31 de enero de 2008

Te acompaño porque te amo...


Hace unos minutos me di cuenta del tiempo que tengo sin compartir con muchas personas que quiero. Mis días transcurren y sin darme cuenta el propósito de compartir desaparece de mi agenda. Sólo cuando un acontecimiento desagradable o trágico ocurre regreso a la realidad y aunque parezca imposible el tiempo aparace.

Parece que la vergüenza, la culpa o el que dirán tiene la capacidad de crear tiempo en la agenda, cualquier sacrificio antes que convertirme en la única que no estuvo presente el día del velorio, la operación o la enfermedad de uno de esos seres que tanto amamos.

Partiendo de esta forma de actuar es común pensar "no me perdonaría si le sucede algo malo y no estoy ahí" Sin embargo, hoy me pregunto no sería más importante estar ahí y ser motivo de que le ocurra algo real y verdaderamente bueno.

¿Por qué me cuesta tanto manifestar lo mucho que amo?

¿Por qué es tan difícil reunirme porque si, sin motivos, simplemente a compartir?

¿Por qué siempre es posible dar un pésame, lamentar una desgracia o tener tiempo para reclamar o quejarme y tan imposible una caminata, un almuerzo o simplemente estar ahi?

Pareciera que hemos sido diseñados para sufrir, para estar aferrados al dolor, sin darme cuenta estoy contribuyendo a replicar una sociedad que cada vez disfruta menos, que es cada vez menos feliz. Llena de niños que sufren por Padres que han perdido el verdadero sentido del amor y corre desesperados para ganar la competencia del mejor cualquier cosa que se compre con cheques, efectivo o tarjestas de crédito.

Los que vienen después acompañan por amor a los que vinieron antes, sin saberlo y sin quererlo probablemente repiten su historia y la hacen suya, los soportan en sus cargas, sufren su dolor con sus enfermedades y si fuera necesario darian sus vidas para honrarlos y justificarlos.

Te acompaño porque te amo, sin la ceguera del ayer, sin la inconsciencia que tantas veces me hizo ocupar tu lugar, estoy aquí para contar una historia diferente, más que acompañarte ciegamente te honro y pido tu bendición para seguir, para trascender para vivir.

Te acompaño desde lo que soy, Te digo si, gracias y por favor.

1 comentario:

Simón DC dijo...

Así que la Chabelita tiene un blog y no me había dicho nada... Pero la sorpresa fue muy buena. Enhorabuena, amiga a la que no llamo y no busco, pero que sabe que mi alma y la suya pasean juntas a menudo.
Estamos en contacto, fuera del ciberespacio.
Un fuerte abrazo,
Simón DC